21.3.10

El atleti se inmola contra un equipo de Champions

Víctor, Aduriz, Mattioni y Perea -en propia puerta- fueron los autores de la goleada balear (4-1); Forlán había empatado el encuentro en la primera mitad. De Gea salvó a los rojiblancos de una derrota mayor; Raúl García se autoexpulsó. Gran intensidad del equipo mallorquín, que se cuela cuarto en detrimento del Sevilla. Los madrileños dicen adiós a los puestos europeos.

Carlos Hierro
Son de esas ilusiones que se clavan en lo más interno y asisten semana tras semana al posible atisbo de reacción intrínseco que convive con el Atlético desde su reorganización histórica de aquel día de San Isidro de 1974.
La ilusión del tren europeo subyacía en el corazón del rojiblanco tras las gestas coperas –no exentas de esperpento- del mes de enero. Hasta la tarde de ayer, eran cinco partidos los que llevaban los rojiblancos sin perder, y casi el doble en los que no habían recibido más de un gol.

La visita a Son Moix, las ausencias de Agüero y, en menor medida la de Simão, y posteriormente la de Tiago con una sobrecarga, no fueron más que el vestigio del resultado acontecido. La mano de Quique, acostumbrada este curso a hacer creer incluso al más escéptico en la posibilidad de cazar puntos en días tontos, no bastó.

Nada más comenzar, en un gran contragolpe del equipo insular, Víctor materializó en gol una buena jugada del ‘Chori’ Castro, que finalizó con un buen disparo del canterano ante el que nada pudo hacer De Gea.
El mismo delantero tuvo el segundo en una jugada calcada tan sólo dos minutos después del primero, y en el 20’ golpeó desde la frontal un balón suelto que apunto estuvo de convertirse en gol. En ambas ocasiones, únicamente la figura del joven cancerbero colchonero evitó una temprana y sonrojante goleada.

La figura del delantero y arquero quedaron anuladas con el empate de Forlán. Buena jugada del uruguayo, que controló en zona de tres cuartos, abrió para Jurado y el andaluz, tras un bonito quiebro la puso en el área chica adonde llegó el propio charrúa para empujarla al primer toque y poner el 1-1. Cumplió el ‘7’ su partido 200 en la liga española y anotó con este su gol número 115.

Poco duró la alegría en el seno rojiblanco, pues dos minutos después y tras un desajuste defensivo propio del atleti en esta temporada, Aduriz cabeceó a bocajarro un centro de Víctor, anticipándose en el primer palo a un desubicado Perea.
En ese momento, el partido se tornó loco y pudo llegar instantes después de nuevo las tablas. En primer lugar, con un cabezazo de Domínguez a la salida de un córner pero Mattioni despejó bajo los palos; y en segundo, Forlán se nubló completamente solo delante de Aouate tras un grave error de Rubén, que perdió el esférico a treinta metros de su portería.

Tras la reanudación, Raúl García decidió autoexpulsarse. Primero, protestando una falta clara que la valió la amarilla, y cinco minutos después, al cortar sin disimulo un avance de Mario Suárez en falta. A partir de ahí, si ya se había puesto cuesta arriba el encuentro, el paso de los minutos favoreció en todo momento al equipo balear.

Antes de la puntilla final, Forlán falló uno de tantos disparos que la temporada pasada entraban, enviándolo por encima del larguero. En los instantes finales, Perea despejó a gol un córner botado por Julio Álvarez; y sobre la bocina Mattioni cerró la cuenta con uno de los mejores goles de la liga. Ejecutó una falta lateral el propio Julio Álvarez hacia el vértice contrario donde el lateral brasileño empalmó un soberbio misil a la escuadra. Perfecta guinda para un equipo, el bermellón, que con esta victoria accede a puestos de Champions League, desbancando a un Sevilla en picado. Gran campaña de los baleares, comandados por un gran Gregorio Manzano, que coloca cuarto a un equipo planificado a principio de temporada para no pasar demasiados apuros.

El Atlético, por su parte, se despide del tren europeo por la vía de la liga, si bien lo hizo hace tiempo; aunque los últimos resultados y el ‘efecto Quique’ lo mantenían vivo desde hace un tiempo.
Ya se señalarán culpables a final de temporada, pero jornada a jornada ciertos jugadores evidencian su falta de compromiso y falta de aptitudes propias para un club como el rojiblanco. De nuevo en la tarde de ayer la defensa, encabezada por un desastroso Perea, tuvo la culpa en tres de los cuatro goles; y la conexión entre los de abajo y los de arriba fue inexistente, desaprovechando Raúl García las oportunidades brindadas por el técnico en los últimos choques.

Final de Copa, sueño europeo de la mano de la Europa League y mucho aguante en lo que resta de calendario liguero. Este atleti tira la competición doméstica; que no tire la autoestima, no vaya a ser que el Sevilla en Copa y el Valencia en Europa destrocen los pequeños deberes bien hechos del equipo.

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