El atlético, en situación muy preocupante

Vuelve a perder, esta vez ante el Deportivo (2-1) en un partido que se puso de cara a los tres minutos, gracias a una fantástica definición del ‘Kun’. Los gallegos, lejos de venirse abajo, dieron la vuelta por medio de Colotto y Guardado de penalti en el 93’.

Carlos Hierro / Foto: Marca
Desenlace doloroso, sangrante, innecesario, pero justo. Pablo se empeñó anoche en tirar por tierra el magnífico trabajo de Agüero a lo largo del partido. Minutos antes cometió un penalti de libro sobre Mista, que el árbitro no concedió por una fuera de juego inexistente previo a la acción. Para colmo, metió el pie a destiempo a Lopo en el descuento, que sin apenas ángulo hacía del peligro una verdadera utopía. Guardado transformó y hunde al atlético en el pozo, del que puede salir colista en función de los resultados del domingo.

Dejando de lado el lance final, los rojiblancos volvieron a regalar en gran medida el encuentro y no mantuvieron la calma en momentos importantes. El ‘Kun’ abrió el marcador en un lance de ‘pillo’ que le colocó esquinado frente a Aranzubia, al que batió con un certero tiro cruzado de calidad. El depor, salió de la cueva y despertó tras el 0-1; poco a poco fue comiendo terreno a los madrileños y se adueñó del centro del campo, donde Juan Rodríguez se erigió como capataz del grupo.

En una de las templadas llegadas, el malagueño peinó un corner botado desde la izquierda en el primer palo y definió a placer Colotto -libre de marca- en el segundo. Tablas y sufrimiento para los visitantes.

De ahí en adelante, un único dueño: el Deportivo de la Coruña. La suplencia de Forlán y Simao –que salió en el segundo acto por Sinama- obligaban a los presentes en el césped a hacer un esfuerzo extra. Sólo a partir del 15’ del segundo tiempo y durante no más de quince minutos, el atlético lo intentó e hizo varias jugadas interesantes, ¿no pueden mostrar esa actitud a lo largo de todo un encuentro?

Cuando se acabó la gasolina rojiblanca, comenzó el intercambio de golpes; de nuevo los blanquiazules creyeron en la victoria, Un ritmo muy alto y dos porteros, Aranzubia y Asenjo, exigidos y atentos ante las respectivas acometidas en ataque. Finalmente, falta de concentración en el alargue, pena máxima y premio para el equipo que más lo buscó.

Mañana se intentarán buscar culpables donde no los hay –Paradas Romero-. El penalti, los penaltis, fueron claros, como claro resulta el pésimo nivel de este equipo, del que se han hecho numerosos y profundos análisis individuales, que resultan repetitivos y pesados semana tras semana.

Se ven pequeñas mejoras introducidas por Quique, pero fallos concretos e individuales de concentración como los de Pablo en el partido quedan fuera del alcance de todo trabajo. Jornada 11, 7 puntos. Mañana la prensa comentará que el objetivo de aquí a navidades baja del séptimo al décimo lugar; seriamente parece que será intentar salir del descenso.