Un derbi con dueño

El Madrid se llevó de nuevo el derbi madrileño (2-3) en un encuentro soso pero lleno de emoción en la última media hora. El Atlético sale, una vez más, con un gol en contra desde los vestuarios. Aún así, Forlán y Agüero recortaron el 0-3 en apenas dos minutos, y Casillas fue decisivo en los instantes finales impidiendo la remontada atlética.


Carlos Hierro/Foto: Reuters
No empezaremos sin antes dejar claro y recalcar que a lo largo de estas líneas no se tratará de buscar excusas , ni mucho menos vacilar en los comentarios para eximir culpa alguna.


Dicho esto, se vio un partido bastante regulero, futbolísticamente hablando. Para no digerir de forma diversa un clásico como este, el Madrid comenzó golpeando a los 4' con un buen gol de Kaka' desde la frontal, previa posible falta de Ramos a Cléber -a esto por ejemplo es a lo que me refería con tratar de buscar excusas, pues el árbitro cumplió con nota el complicado envite-.

Se puso de cara, por enésima vez en el Calderón, el partido para los merengues. El atlético no reaccionó y continuó moviéndose por el campo al son del control blanco. Sin querer casi, se alcanzó el minuto 24, momento en el que Marcelo materializó un buen quehacer de Benzema dentro del área para firmar el 0-2. Un gol que, para variar, dejó en evidencia a la zaga rojiblanca; que permitió gustarse al francés dentro del área y asistir para que el '12' madridista marcara desde una posición compeja y a pie cambiado -en mi opinión, palo muy mal cerrado por Asenjo-.

De ahí al descanso, paso de los minutos. Prosiguieron las buenas maneras del Madrid, haciendo bien la presión, basculando rápido de un lado a otro y controlando la posesión en el medio sin grandes problemas, borrando en todo momento a la pareja Cléber-Raúl García. Con todo, un par de sustos. El primero para la grada, que vio como Asenjo sacaba con una buena mano abajo el tercero a Benzema; el segundo en el área contraria, donde Simâo lanzó al muñeco en el mano a mano con Casillas justo en el 45'. Descanso, 0-2 y tremenda desilusión.

En los 15' de rigor, Quique terminó con muchas paciencias, principalmente la de los pocos aventureros de fútbol que quedan. Agüero, inicialmente reservado por unas molestias, salió tras el parón -necesario y evidente- dejando en la caseta a Jurado. Al poco de la reanudación, Maxi saltó en lugar de Reyes.

Efectivamente, los dos ex-madridistas estuvieron faltos de gasolina y desacertados, pero Sr. Flores, usted mismo comentó ayer: 'este es el partido más importante del año para nosotros'. No lo pareció, el resultado final es engañoso. Retiró del campo a los dos jugadores con más verticalidad de la plantilla -junto al Kun-; dando entrada a éste último -que no admite discusión- y a Maxi, que deleitó con más bien poco.

¿Qué aporta Raúl García a este equipo? Una grandísima decepción, este año su posible sentencia. No roba, no corta, no distribuye, no llega arriba...no hace nada escandalosamente mal, pero no suma en positivo. Pues bien, él y Cléber -que se desenvuelve decentemente cuando está más adelantado y no como pivote defensivo- fueron los encargados de, supuestamente, llevar la batuta en el medio -del que habían sido noqueados- para dar la vuelta al marcador.

Un fallo alevín de Perea -que ha podido significar su perpetua- puso en bandeja el 0-3 a Higuaín, que cruzó a placer dentro del área ante un Asenjo clavado a pies juntillas -como habitualmente- bajo el larguero. Minuto 64, y derbi aparentemente cerrrado.

En esas, el Kun se quedaba sólo en el 67' ante Casillas y Ramos le paró en falta. Roja directa. A partir de ese momento, el atleti se abrió, entendió como debía jugar aprovechando la superioridad y comenzó a trenzar jugadas con Simâo y Ujfalusi muy activos. En el 78' Forlán empujaba a la red -no exento de dificultad- una buena jugada con centro del lateral checo. Sin tiempo para asimilar el 1-3, Lass perdió un balón en su propio terreno recogido por Cléber y cedido en profundidad al Kun, que ganó el cuerpo a cuerpo a Pepe y cruzó raso ante Casillas.

81 minutos y el equipo se metía de nuevo en el encuentro; y la grada. La misma e incondicional de siempre, que apenas cinco minutos antes coreó ciertos gritos conocidos por todos. No hay que ser injustos, a pesar del resultado ajustado, la realidad del equipo es clara.

Tuvo Simâo en sus botas el empate con una volea en el 86, y el Kun la última y gran ocasión en el 91' delante de Casillas, pero estrelló el disparo en los pies del mostoleño -circunstancia habitual de los últimos derbis, ese Iker vs Agüero en los últimos instantes-.

Pidiendo disculpas por el pequeño aumento en la extensión, el derbi vuela una vez más. Dulce hacia el norte de la capital, y muy amargo en la ribera del Manzanares. El atleti debe continuar con sus ligeras mejorías para salir lo antes posible del pozo.