Sin muchas excusas

El Atlético se desangra y pierde en Pamplona (3-0) frente a un Osasuna espléndido que finiquita el partido en 28’. Pandiani –con un doblete- y Aranda firman para los locales. ‘Kun’ y los cambios de la segunda parte mandan un mensaje en medio del desastre.

Carlos Hierro / Foto: elimparcial.es
Pocas explicaciones, pretextos, disculpas. A los dos minutos perdían los rojiblancos 1-0, poco después llegó el segundo y antes de la media hora, tercero y final del partido. Gran despliegue de todo el conjunto navarro, que superó con creces el inaudito planteamiento de Abel Resino.

Está claro que el equipo de Camacho, a vista de todos estuvo, desarrolló un esfuerzo diez puntos por encima del oponente y plasmó su trabajo semanal en el partido; Raúl García declaró poco después del choque que salieron dormidos. Llama la atención que así fuera, teniendo en cuenta el arma que supone para Osasuna el Reyno de Navarra, y los primeros 20-25’ que realiza siempre en casa.

Es la gota que colma el vaso de los despropósitos de los señores, y por este orden, Gil – Pitarch – Cerezo - Abel. Un verano tirado por la borda, un poco dinero mal invertido, unas ilusiones deshechas a mediados de octubre, una auténtica institución que roza casi la ciencia – ficción. Del partido de ayer domingo, poco se puede añadir; dejando claro eso sí, que Osasuna arrasó al Atlético. Las crónicas, columnas, comentarios u opiniones se hacen cada vez más complicadas si de por medio está el Atleti.

Una directiva –si existiese tal- semejante a la casa de tócame Roque, con Enrique Cerezo de director de orquesta, muy orgulloso con el trabajo veraniego; una dirección deportiva –García Pitarch y Gil- como títere el primero del segundo y éste, heredero del negocio parental, propio y único de abastecimiento personal, que desde hace ya dos décadas encabeza la palabra Gil. En último lugar Abel, muy atlético y trabajador seguro, desbordado por todos lados desde el momento en el que clasificó al equipo para Champions.

Está claro que todo lo mencionado es de sobra conocido y no son argumentos ni líneas nuevas que aporten mucho más de lo sabido con anterioridad, pero el sentimiento atlético está por encima de todos estos señores, que se encargan de arrebatar las esperanzas de una afición sufridora, en gran medida, por su interesada e insensible gestión al frente de este club.

Capítulo aparte pero en relación es el de los jugadores, dos tercios de ellos sin categoría alguna para pertenecer al Atlético de Madrid, almas en pena que vagan por los campos sin plan o forma definidos, transformados y absorbidos por la carga que desde hace años arrastran desde los despachos. Sólo Agüero ayer, que mostró su estatus con ciertos detalles, y apenas cuatro o cinco jugadores más, tienen las cualidades adecuadas para jugar en el Calderón.

Por cierto, en la noche de ayer Reyes y Raúl García demostraron que, junto con el ‘Kun’, Forlán, Asenjo, Jurado y de vez en cuando Simao, son y deben ser titulares en este tan descompensado equipo. De hecho, es el grupo de jugadores más potente que tiene el Atlético este año del medio hacia delante. Aún así, sin muchas excusas.